Sí. Fumar aumenta el riesgo de complicaciones intraoperatorias y postoperatorias, incluidos los coágulos sanguíneos, las embolias pulmonares y las infecciones. Fumar dificulta la consolidación ósea y la cicatrización de los tejidos blandos.
Sí. La diabetes aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos, embolia pulmonar, infección, complicaciones óseas y en los tejidos. Los niveles de hemoglobina A1c se relacionan de manera directa con el índice de complicaciones: cuanto más alta sea la HbA1c, más alto el riesgo de complicaciones postoperatorias. Lo ideal sería que la HbA1c esté por debajo del 7,5 %.
Lamentablemente sí. Nuestros anestesistas con frecuencia emplean bloqueo nervioso de larga duración y una bomba para el manejo del dolor cuando vuelve a su casa que ayudará en gran medida con el dolor. El dolor normalmente es más intenso durante los primeros 3-4 días tras la cirugía.
Colocar hielo en el lugar de la operación ayuda mucho. Si está interesado, podemos proporcionarle una máquina que aplica frío que se incorpora a su férula posquirúrgica.
La elevación de la pierna (los dedos de los pies encima de la altura de la nariz) también ayuda con el dolor, especialmente las dos primeras semanas tras la operación.
Sí. Es de esperar que el pie y el tobillo estén hinchados durante hasta 6-12 meses tras la cirugía.
El pie es la parte del cuerpo a la que más le cuesta recuperarse. Las primeras 6 semanas serán las más difíciles. Según el tipo de intervención, la mayoría de los pacientes debe prever la vuelta a la normalidad en entre 6 y 12 meses tras la cirugía.
No necesariamente. Depende del tipo de intervención realizada.